En esta oportunidad aprenderemos a cómo leer o interpretar un romance, poemas contados como historias y popularizados por Federico García Lorca, estas composiciones líricas que se desarrollaron en España y posteriormente también se desarrollan en Hispanoamérica.
Existen dos tipos de romances; el romance viejo y el romance moderno; a continuación aprenderemos sobre ello y a cómo leer un romance.
Origen del romance:
Las primeras manifestaciones datan de finales del siglo XIV cuando los juglares a través de la tradición oral que se daba en la Edad Media recitaban poemas anónimos combinando el canto y la oralidad. Su origen proviene de la fragmentación de las epopeyas medievales (composiciones heroicas de las cruzadas y de caballeros).
En su primer momento eran creados para declamarlos en las plazas de los pueblos a través de la oralidad.
Clasificación del romance:
- El romancero viejo, conjunto de composiciones anónimas de los siglos XIV y XV donde se relatan hechos históricos y algunos temas literarios, como lo mencione anteriormente estos romances marcaron el inicio de este subgénero poético. Dentro del romancero viejo se subclasifican; los romances primitivos, los juglarescos y el romancero medio. Este último se basa en las crónicas históricas de época (siglo XVI).
- El romancero nuevo o moderno, a diferencia del romancero viejo estos tienen autor conocido, transmitidos de forma impresa, imitan la métrica aunque aplicando algunas reglas métricas más actualizadas para su tiempo (a partir del siglo XVII).
Características del romance:
Repetición léxica, utilizada para llamar la atención del lector a través de las figuras literarias de repetición (reiteración, anáfora, paralelismo, reduplicación y concatenación).
En el romance existe una mezcla entre repetición y diálogo.
Se utiliza el sujeto lírico de igual forma que en la poesía convencional.
Presentan una métrica variable de acuerdo al numero de sílabas, estas oscilan entre ocho a dieciséis y el uso de la rima es asonante en los versos pares.
El romance presenta diversidad en sus temas o leit-motiv pueden ser históricos, caballerescos y/o de gitanos.
Algunos romances, el caso del romancero viejo, presentan fragmentación narrativa ya que estos derivan de los cantares de gesta.
Presentan lenguaje arcaico, los escritores del romancero moderno buscaban imitar a los juglares del romancero viejo.
¿Cómo leer un romance?
1. Para comprender y realizar la declamación o lectura de un romance se deben tomar en cuenta las siguientes recomendaciones:
2. Leer en voz alta para escuchar lo que esta escrito, esto hará que identifiques los recursos literarios de sonoridad que usó el autor.
3. Identificar el ritmo empleado por el autor; reconocer las rimas, el número de sílabas.
4. Reconocer la idea central o intención del romance, se podrían formular preguntas como ¿Qué mensaje me deja? ¿Quienes intervienen en la poesía? ¿Quién es autor real y el autor imaginario (sujeto lírico)?.
5. Clasificar la idea central y las ideas secundarias del romance, determinar si es un tema histórico, mitológico, amoroso o melancólico.
6. Organizar e interpretar los recursos literarios empleados, reconocer e traducir el sentido literal de cada figura literaria (anteriormente mencione las figuras literarias predominantes en los romanceros).
7. Es necesario tener en cuenta el contexto histórico en que se da el romance para comprender mejor la intención del autor.
Y por último, pero no menos importante, tener a la mano un diccionario para buscar las palabras de uso arcaico empleados en el poema. Recuerda que los escritores del romance imitan modelos antiguos del romancero viejo.
Ejemplo de romance, en resumen, uno de mis favoritos
Romance de la luna
La luna vino a la fragua
con su polisón de nardos.
El niño la mira mira.
El niño la está mirando.
En el aire conmovido
mueve la luna sus brazos
y enseña, lúbrica y pura,
sus senos de duro estaño.
Huye luna, luna, luna.
Si vinieran los gitanos,
harían con tu corazón
collares y anillos blancos.
Niño déjame que baile.
Cuando vengan los gitanos,
te encontrarán sobre el yunque
con los ojillos cerrados.
Huye luna, luna, luna,
que ya siento sus caballos.
Niño déjame, no pises,
mi blancor almidonado.
El jinete se acercaba
tocando el tambor del llano.
Dentro de la fragua el niño,
tiene los ojos cerrados.
Por el olivar venían,
bronce y sueño, los gitanos.
Las cabezas levantadas
y los ojos entornados.
¡Cómo canta la zumaya,
ay como canta en el árbol!
Por el cielo va la luna
con el niño de la mano.
Dentro de la fragua lloran,
dando gritos, los gitanos.
El aire la vela, vela.
el aire la está velando.